Patrimonio Conservado

Altar portátil de guerra

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Altar portatil

 

 

Autor: Antonio de Echaniz

Cronología: 1860

Procedencia: El altar fue donado a Juntas Generales de Bizkaia. En 2014, tras su restauración, fue depositado en el Museo de Las Encartaciones.

Descripción: Altar portátil para el servicio religioso. Se utilizó durante la guerra de África ( 1860) por las tropas vascas ( denominadas división vascongada), que estaban  al mando del general Carlos M. de la Torre. Las tropas Vascas contaron con su servicio religioso como resultado del gran peso que tenía la religión en aquel momento. El altar pertenecía al tercio (unidad militar) número 3, formado por 75 voluntarios Vizcaínos divididos en seis compañías.

Este tipo de altares portátiles serían medianamente comunes en los ejércitos del siglo XIX y se utilizarían  en las diferentes guerras carlistas. 

El altar, originalmente, disponía de un conjunto de piezas que no nos han llegado: misal (libro litúrgico), vinajeras (pequeña jarra para el agua y el vinos), campanilla y ropas. Igualmente, disponía de seis banderines que tampoco se conservan en el Museo. De estas sabemos, que “el modelo para el bordado de los seis banderines, así como las altas y lanzas para los mismos, fue obra de Dº Pablo de Landera, y el bordado lo hizo Dª Basilia de Ojinaga. Con respecto a la bandera del tercio, ésta fue bordada y regalada a la diputación por Dª Josefa de Larrea, directora de un colegio de primera enseñanza en Bilbao, y la medalla cosida a la bandera, regalo de la Archicofradía del Sagrado e Inmaculado corazon de Maria. La boina, las espadas y los cachorrillos( pistolas pequeñas) pertenecieron  a los jefes del tercio: las armas restantes fueron cojidas al enemigo y regaladas a la Diputacion por dº Juan de Careaga.”

Contexto histórico: Al iniciarse la guerra declarada entre España y Marruecos en el otoño de 1859, las Provincias Hermanas (Araba, Gipuzkoa y Bizkaia) ofrecieron al gobierno de  O’Donnell unos “Tercios Vascongados” que querían demostrar el compromiso de estos territorios forales con la defensa de la Nación.

Será en este contexto de la Guerra de África, para llevar a cabo la “unidad de acción” de las tres Provincias Hermanas, cuando se reunieron a finales de 1859 en Bergara las tres Diputaciones vascongadas en “conferencia foral”. Allí acordaron que las tres contribuirían a la guerra con un donativo de 4.000.000 reales, y con una brigada de cuatro Tercios sumando un total de 3.000 hombres, equipada por las mismas Provincias. Por primera vez, los tres territorios realizaban un ofrecimiento militar de carácter colectivo (una “brigada vascongada”), puesto que hasta entonces, en la tradición foral Álava, Guipúzcoa y Vizcaya ofertaban sus Tercios por separado (debido a la naturaleza provincial de sus Fueros).

Respecto a la brigada, Araba se comprometió a proporcionar 700 hombres, Gipuzkoa 1.135 y Bizkaia 1.165, con los cuales se formarían cuatro Tercios ordenados alfabéticamente: el 1º sería reclutado por Araba, el 2º por Gipuzkoa , el 3º por Bizkaia, y el 4º parte por Gipuzkoa y parte por Bizkaia repartiéndose las compañías. 

Estos Tercios se reunieron en la “División Vascongada del Ejército de África”, llevando todos la misma bandera. Sobre la base de la bandera y el escudo nacionales se añadía el lema “Irurac Bat” y el emblema de las tres manos entrelazadas –símbolos de la fraternidad de las Provincias Vascongadas-, y el rótulo “División Vascongada Tercio número (…)”. Asimismo, para respetar el provincialismo tradicional, a un nivel inferior, las compañías de cada Tercio recibieron un banderín con el escudo del respectivo territorio y un color distintivo, además del número del Tercio al que pertenecían. En el caso de Bizkaia, que eran las del 3º Tercio, llevarían el escudo de Bizkaia y el color blanco.

En cuanto al reclutamiento de voluntarios, para evitar tener que hacer sorteos y que fueran los mismos hombres quienes se ofrecieran voluntarios a alistarse, se ofreció un fuerte incentivo económico tratando de estimular el enganche voluntario de los trabajadores del campo, de las obras públicas, etc., ofreciendo un salario mucho mayor al que acostumbraban frecuentemente, y que les permitiría reunir fortuna en muy poco tiempo.

Debido al escaso número de voluntarios animados a alistarse, Gipuzkoa y Bizkaia (que no Álava), empezaron a contratar a voluntarios de las otras 3 provincias, y de fuera de las denominadas Vascongadas.

Técnica: Externamente es una estructura de madera revestida de piel y con remaches dorados. Interiormente se reviste de terciopelo y elementos decorativos tallados en madera y cubiertos con pan de oro.

Materiales y soporte: Madera, piel, terciopelo y detalles con acabado en pan de oro.

Proceso de creación: El altar fue diseñado para su plegado y transporte en la Guerra de África de 1860. 

Completamente plegado adopta la forma de una kutxa o arcón de cuero tachonado. Las tachuelas externas sirven también para señalar el nombre y la fecha: 1860.

El despliegue se hace desde la parte inferior, soltando dos pares de patas de madera que se unen a  la kutxa con sendas varas de hierro dándole estabilidad.. Asegurado así, adopta la forma de una mesa con una altura de 1,30 metros. 

Posteriormente se despliega la tapa superior hasta conformar la parte trasera y principal del retablo. Por detrás dispone de una gran pieza de madera que, girando y sosteniéndose con dos enganches permite mantener vertical y abierta esta parte. Los laterales, por su parte, también se pliegan hacia fuera creando dos pequeñas baldas laterales. Al abrirse quedan al descubierto tres cajones, uno abajo que ocupa el espacio de todo el altar y dos superiores más pequeños. Se crea así un espacio escalonado a modo de pequeño altar donde se pueden colocar los elementos de la liturgia. 

La decoración dorada superior enmarcaría algún objeto religioso, seguramente un crucifijo que no se conserva.

Estado de conservación: El altar se encuentra en une excelente estado de conservación tras haber sido restaurado.

 

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